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Arde Notre Dame

Nos parecía mentira, nos quedamos atónitos al ver Nuestra Señora de París arder con esa furia. Tres o cuatro días antes la habíamos visitado. Impresionante nos había cautivado por fuera y por dentro, no cabe duda de que su

arde Notre Dame

inmensidad formará parte de ese imaginario de experiencias que no se borrará en toda nuestra vida.

Las imágenes ardiendo de su cubierta que recorre la nave central y el transepto, derrumbándose la aguja central del crucero, nos quedaron anonados, como si eso fuera un sueño imposible que estuviera ocurriendo. Pero todo era real y palmario. Ocurrió lo que parecía que era imposible que ocurriera. En estos tiempos en los que la ciencia y la tecnología dominan y controlan todo, sin embargo no pueden doblegar, a tiempo, las llamas que arrasan un edificio de más de ocho siglos; increíble.

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